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Los 7 secretos para tener tu alberca siempre cristalina (sin gastar de más)

Los 7 secretos para tener tu alberca siempre cristalina (sin gastar de más)

Nada arruina más un día de descanso que llegar a tu alberca y ver el agua turbia, con hojas o con ese tono verdoso que espanta a cualquiera. Mantenerla limpia y cristalina no es un lujo, es una necesidad para que tu inversión dure y tu familia disfrute sin preocupaciones. La buena noticia es que no se trata de gastar toneladas de dinero en químicos o equipo sofisticado, sino de seguir una rutina inteligente y constante.

Aquí te comparto los 7 secretos mejor guardados para que tu alberca se vea como de revista, sin que se convierta en un dolor de cabeza para tu bolsillo.

1. Cuida el pH como si fuera el alma de tu alberca

El pH es el nivel de acidez del agua y es el factor más importante para mantenerla clara y saludable. Si está fuera de rango (7.2 – 7.6), el cloro pierde efectividad y aparecen problemas: ojos irritados, piel reseca, corrosión en equipos y agua turbia.

Tip práctico: invierte en un kit sencillo de medición (tiras reactivas o medidor digital) y revisa al menos dos veces por semana. Ajusta con incrementadores o reductores de pH según el resultado.

2. Cloración constante, pero inteligente

El cloro es tu guardián invisible contra bacterias y algas, pero muchos cometen el error de echar “un montón” pensando que más es mejor. Eso solo genera mal olor, irritación y desperdicio.

Secreto: usa un clorador automático o dosificador flotante, así tendrás una liberación pareja. Y aplica cloro granulado de “choque” una vez cada 15 días, sobre todo si hubo mucha gente nadando o si llovió.

3. Cepilla como si fueras artista

Aunque el agua se vea limpia, las paredes y el piso acumulan microalgas y suciedad que no se notan hasta que ya tienes el problema encima.

Recomendación: dedica 10 minutos a la semana a cepillar paredes, escaleras y el fondo. Hazlo de arriba hacia abajo para que todo caiga y sea absorbido por el sistema de filtrado.

4. Dale cariño al filtro

El filtro es como los pulmones de la alberca. Si está saturado, no importa cuántos químicos uses, el agua nunca lucirá clara.

Cuidados básicos:

  • Haz un retrolavado cada semana o cada que notes baja presión de salida.

  • Cambia la arena del filtro cada 3 a 5 años, según el uso.

  • Si usas cartuchos, límpialos con manguera y cámbialos cuando ya no retengan suciedad.

5. Skimmer limpio = agua limpia

Los skimmers y la canastilla de la bomba atrapan hojas, bichos y basura superficial. Si se saturan, el agua circula con menos fuerza y tu equipo trabaja de más.

Tip express: revisa y limpia estas canastillas a diario, sobre todo si tienes árboles cerca. Es rápido y te ahorra problemas.

6. La bomba no es eterna, cuídala

Tu bomba trabaja horas y horas sin descanso. Escucha los ruidos extraños, revisa empaques y verifica que nunca funcione “en seco”. Una bomba dañada es de las reparaciones más caras en una alberca.

Consejo: programa el funcionamiento en ciclos de 4 a 6 horas al día (más si la alberca tiene mucho uso). No la dejes encendida sin control, pues además sube tu recibo de luz.

7. Químicos: ni mucho ni poco

El error más común es abusar de los químicos pensando que eso resolverá todo. La clave está en la dosis justa. Sigue siempre las recomendaciones del fabricante y, si puedes, lleva un registro de cuánto aplicas y qué resultados obtienes.

Extra tip: complementa con alguicidas preventivos una vez al mes para no darles oportunidad a las algas de crecer.

Reflexión final

Tener una alberca cristalina no es cuestión de gastar miles de pesos, sino de ser constante y aprender a leer el agua. Estos 7 secretos son sencillos, pero si los conviertes en hábito notarás que tu alberca siempre está lista para recibirte como un oasis privado.